jueves, 4 de abril de 2013

ANALICEMOS LA REALIDAD


Capitalismo español es el término con el que se designa por la historiografía la particular forma en que se conformó elcapitalismo en España como sistema económico, en relación con las distintas conformaciones del sistema político y las distintas formaciones económico-sociales a lo largo de distintos momentos históricos y fases en que se divide la historia del capitalismo (capitalismo comercialcapitalismo industrial, etc.).
Las características del capitalismo entendido como modo de producción capitalista según una interpretación marxista rígidamente estricta o determinista no son susceptibles en principio de variar según el espacio en el que se implantan; aunque la forma más habitual en que los historiadores aplican el materialismo histórico es mucho más flexible, dando origen al concepto deformación social histórica, en que distintos modos de producción se combinan de forma correspondiente al estado de las fuerzas productivas y a muchas otras variables multicausales (dinámica social, política e ideológica), incluso al entorno geográfico y medioambiental (como propone la Escuela de los Annales).
Desde esa perspectiva, el capitalismo español sería la vía española al capitalismo, con características distintivas y comparables a las de otros modelos nacionales, de los que habitualmente se definen dos tipos: el capitalismo ingléscapitalismo británico ocapitalismo anglosajón (en:Anglo-Saxon capitalism, denominado así por la asunción de la similitud entre el británico y elcapitalismo estadounidense o capitalismo americano), que es el modelo triunfante que produjo la revolución industrial y la extensión del capitalismo industrial por todo el mundo, basado en la iniciativa privada y el librecambismo defendidos por elliberalismo clásico; y el capitalismo continental, que es su réplica o modelo alternativo (especialmente el capitalismo francés y elcapitalismo alemán -capitalismo renano-), que aunque en lo básico comparte los rasgos esenciales, mantiene una presencia mucho más significativa de la iniciativa del Estado (intervencionismo y proteccionismo) y de tradición mercantilista. Frente a esos ejemplos, la categorización del capitalismo español no ha alcanzado a definir una categoría comparable, aunque no obstante, se caracteriza por su mayor similitud al continental, y en ocasiones se ha definido como uno de los menos flexibles y más proteccionistas, hasta extremos autárquicos; aunque se distingue de otros modelos europeos por sus bajos niveles de protección social (estado de bienestar).


Empecemos a precisar. Quién está dinamitando la institución que dicen que sostiene al sistema es, en primer lugar, el Rey y su familia. La explosión no se ha producido solo por la imputación de la Infanta Cristina, sino que, por simpatía y contagio, el estallido se puede extender a la institución misma de la Monarquía. ¿Hay alguna mezcla más explosiva que todo esto para dinamitar un sistema político que ya no sirve y que los ciudadanos no reconocen?

Estábamos acostumbrados a verlos, al Rey y a sus hijos, de regatas, en fiestas, en bodas reales. Cazando elefantes a escondidas. Estábamos acostumbrados a no preguntar por qué los empresarios de Baleares, cuando tenían plata, le regalaban al Rey de España un yate de lujo para sustituir el que le habían regalado los amigos árabes de Juan Carlos, que se había quedado obsoleto. Ahora todo eso es ya imposible.
http://foroalternativolibre.foroactivo.com/t148-el-sistema-capitalista-se-basa-unica-y-exclusivamente-en-una-unica-y-exclusiva-proposicion-el-endeudamiento
Por Rosa María Artal Martínez 
No, el tabú aún no se ha roto con la familia real, muchas cosas quedan por aclarar y, en su caso, atribuir responsabilidades. Del hilo de Urdangarín penden cargos públicos que propiciaron su apropiación (presunta) de fondos públicos. Queda la larga lista de corrupciones que asolan este país. Y que el plasmado presidente del gobierno dice no ver. Queda sobre todo por dilucidar qué pinta en una nación del siglo XXI una jefatura del Estado hereditaria por la gracia de los genes. Qué, concretamente, ésta tan cuajada de “conductas inapropiadas”. La buena noticia es que quizás, con un poco de empeño, aún podemos decidir si es lo que nos conviene. La peor que seguimos sin ser un país serio. Lo más positivo, que algunos intentan cambiarlo con gran ahínco y entre muchos obstáculos.


El sentido común de la calle ya no acepta de forma sumisa la opacidad de las cuentas del Rey y va a resultar muy difícil que la gente no comprenda que las corrupciones de su yerno se han gestado al amparo de la Casa Real. ¿Qué otro poder tenía el señor Urdangarín para ganar dinero con tanta facilidad? Tampoco será fácil que la gente no se ría cuando el monarca vuelva a decir en el tono solemne de los discursos que todos los españoles son iguales ante la ley. Y que los ciudadanos no vivan como un acto de humillación política que el Partido Popular y el PSOE se pongan de pie para ovacionar durante muchos minutos semejante hipocresía.

imputan a la infanta Cristina en el caso Urdangarin. No crean que existe justicia. Todo es para desviar la atención de la gente sobre los problemas gravísimos del régimen.

CRISIS DE LA DEUDA? DEUDA DE LA CRISIS

Durante prácticamente quince años, en el periodo que va de 1994 a 2008/09, la economía española experimentó un crecimiento sin precedentes, únicamente comparable al que pudo vivirse en el país durante los años ´60, en pleno apogeo del desarrollo industrial del país. El crecimiento del PIB se situó en un 3,5% de media anual, con un fortísimo crecimiento a partir del año 2001, que llevó a la burguesía española a rivalizar directamente, en lo que a beneficios se refiere, con otras que, como la alemana y la francesa, durante décadas habían sido vistas como líderes indiscutibles de la zona europea.
Durante este periodo los datos que arroja la  Contabilidad Nacional (que, salvando el sesgo empresarial que siempre tienen las cuentas del Estado, puede resultar muy clarificador respecto a algunas cuestiones) son contundentes. La inversión en España creció de 1995 a 2008 un 140% mientras que el stock de capital (término que refleja aquella parte de la inversión que finalmente se acumula como capital productivo) aumentó un 67% para el mismo periodo algo que contrasta con el crecimiento prácticamente nulo en estos dos campos en las décadas pasadas, especialmente durante la reconversión industrial de los años ´80 y principios de los ´90. Prácticamente se dedicó a la inversión un 30% de la Renta Nacional de este periodo.
Desagregando los términos que componen tanto la inversión como la creación de stock de capital, la mayor parte de la inversión se realizó en las partidas que describen la construcción, principalmente de vivienda residencial pero también de infraestructuras públicas y otros tipos de construcciones, y el transporte, entendiendo este como las infraestructuras de comunicaciones en las que interviene tanto el capital público como el privado y que son consideradas estructurales en la medida en que permiten mejorar el rendimiento de la inversión misma en las zonas donde se construyen. Dentro de este aumento de la inversión, la parte principal de la acumulación de capital, lo que se conceptualiza como stock de capital según la OCDE, se ha ligado de nuevo a la construcción, es decir, a la inversión en maquinaria, tecnología, etc. para la producción en este terreno. Este auge, que en España se vivió como un auténtico boom de la construcción que llevó a poblar todo el país de nuevas viviendas, edificios públicos, trenes de alta velocidad o autopistas, se debió en parte a un aumento exponencial del precio del suelo en los años que duró la expansión inmobiliaria. Esto llevó a que construir a precios de 2002 llevase en 2006 a recuperar prácticamente el doble de lo invertido por ejemplo en viviendas. De esta manera, se llegó a que un sector que no es considerado como intensivo en uso de capital sino que tiene más bien una necesidad de expansión continua en el espacio para mantener su rentabilidad inicial, recogiese las inversiones del capital alemán y británico que llegaban a expuertas como consecuencia de los bajos tipos de interés que resultaron de la llamada crisis de las nuevas tecnologías de 2001-02 y no dejase de crecer prácticamente hasta el año 2008, cuando estalla la crisis económica mundial.
Esta crisis no creó la crisis propiamente española sino que vino a solaparse a una tendencia que ya existía en el país y que se manifestaba como una sobreproducción de mercancías debida a una extraordinaria acumulación de capital productivo. En 2008, como se ha dicho el crecimiento de la inversión había llevado a un aumento del capital acumulado del 67% con respecto a 1994. Esto, unido al aumento imparable del precio del suelo, bien básico para el sector de la construcción, contribuyó a desarrollar un inmenso sistema financiero que conoció importantes fusiones entre bancos (Banco Santander y Central Hispano, BBV y Argentaria, fueron los ejemplos más sonados) y a un aumento del volumen de negocios de las Cajas de Ahorros sin parangón en las décadas previas. El capital español se extendió, por primera vez, por todo el mundo, especialmente por Latinoamérica, pero también por Europa, con las grandes construcciones de aeropuertos y otras infraestructuras por parte de las grandes empresas del sector. Esto, simplemente significó aumentar la sobreproducción, esta vez de capital, que se encontraba invertido precisamente en los grandes holdings de la construcción y que, llegado el momento de la crisis, ha contribuido a volver ésta especialmente virulenta. Lo que comenzó como una crisis en el sector financiero, se trasladó rápidamente a los sectores productivos de la economía real. No sólo los grandes bancos se encontraron en problemas por la baja rentabilidad del capital que poseían sino que, además, el grueso de este capital se encontraba invertido en una industria, la de la construcción, con una productividad bajísima por hora de trabajo y que requería una financiación continua y masiva para continuar siendo rentable. Efectivamente, el sector de la construcción, según la misma composición de lugar que respecto a aquellos años se hace la burguesía española, es un sector con una bajísima productividad por hora de trabajo y una gran necesidad de mano de obra no cualificada que no aporta apenas valor añadido al producto final. La intensificación del capital, precisamente la que permite la mayor extracción de plusvalía (la que, por tanto, mantiene las cotas de beneficio alcanzadas), alcanza muy pronto el punto en el que no es posible realizar mejoras y, por tanto, en el que el capital invertido comienza a rendir a un ritmo mucho más lento. El capital financiero requiere de inversiones cada vez mayores para aumentar muy poco la rentabilidad. Cuando este capital financiero se encontró en medio de la tormenta de la crisis mundial ya no pudo continuar y, sencillamente, la producción cesó. Con ella todos los sectores aledaños a la construcción, que se nutren del capital que ésta inyectaba, quebraron, con lo cual los recursos del capital financiero invertidos también se resintieron, los créditos no se pudieron pagar, las hipotecas vencieron…
Esta es la base real de la llamada «crisis de la deuda». Las ingentes cantidades de capital requeridas para la producción no pudieron realizar su ciclo de valor, no generaron los rendimientos necesarios. Es por tanto el capital financiero el que se quedó sin recursos, mientras que el Estado aún no tenía un problema grave de endeudamiento. La deuda pública comienza a crecer exponencialmente precisamente en el momento en que es necesariosalvar al capital privado de una quiebra más que segura. Tanto las ayudas directas al sistema bancario español como las inversiones del Estado en obre pública (que se multiplican a partir de 2008) constituyen el principio de la necesidad de esa necesidad de financiación que el Estado buscará resolver en los mercados internacionales. Los datos son claros, como muestran los gráficos (v. parte inferior de esta misma página).
El crecimiento de la deuda privada desde 1995 a 2008 es mucho mayor que el de la deuda pública para el mismo periodo. Sólo cuando la crisis económica mundial estalla en 2008 esta última comienza a aumentar a todos los niveles (local, autonómico y estatal) a la vez que su intervención directa a través de las medidas «anti crisis» crece. La famosa crisis de la deuda consiste, realmente, en el pago de la deuda que el capital ha requerido, especialmente desde la entrada en la crisis.

Es absolutamente necesaria y urgente una reforma del sistema electoral que obligue a los políticos a anteponer los intereses de los ciudadanos a los de su partido o su persona, donde los representantes de los ciudadanos trabajen para serlo, elegibles cercanos a los ciudadanos, que conozcan bien sus problemas y aporten soluciones, respondiendo ante ellos y no ante su partido o un «comisario político» que es quien tiene el poder de quitarlo o ponerlo en la lista electoral y, por ende, a quien debe guardar pleitesía, seguir sus directrices y, ya no ser el mejor, sino ser lo bastante torpe como para no hacerle sombra. ). Otra medida, podría ser la creación de un sistema de evaluación objetivo, transparente y ajustado a derecho con unas pruebas de actitud y aptitud; como no podía ser de otra forma, en un estado social y democrático de derecho, la última palabra siempre deberían tenerla los ciudadanos

Para lo que dice Mariano, lo mismo puede oírse el mensaje dentro de seis meses que en el siglo pasado; la cosa no iba a cambiar mucho. Mariano lleva soltando las mismas prosopopeyas y oquedades desde que se dejó barba. Que si hay que acabar con la corrupción, que si vamos a salir de la crisis, que si un esfuerzo más, que si esto, que si lo otro. Es como Gila pero sin puñetera gracia. Uno ve a Gila en la tele sacando el casco del bombero y ya se le dobla la sonrisa en los labios. Uno ve a Mariano doblando los labios para la primera perdigonada y se pone a buscar un casco de bombero como loco. Mariano prometió que cuando fuese presidente, él daría la cara, pero no especificó ni a quién ni dónde. A lo mejor es que todavía no se la han devuelto. Habla desde tan lejos que nadie podría jurar que no lleve puesta una careta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario