miércoles, 26 de octubre de 2016

HOSPITAL DONDE COBRAN Y EL SERVICIO GRATUITO EL PRODUCTO SOMOS NOSOTROS.

Los documentos a los que ha tenido acceso esta redacción son en primer lugar un compromiso de pago de 70 euros EN   UN  HOSPITAL  PUBLICO  ESPAÑOL DONDE,  DE
  urgencia a un bebé de un mes aquejado de una grave hernia. Según el médico que lo atendió, si el niño no se operaba acabaría muriendo. Finalmente el operaron después de firmar el papel.
 Y  ademas   es curioso    que  sea  publico  y  da  mucha  verguenza.


El actual debate sobre la “privatización” de la sanidad (provisión privada de atención sanitaria a la población cubierta por el aseguramiento público) levanta pasiones,  preocupa a la sociedad y divide a los políticos. En los post anteriores se ha argumentado que: a) no debe ser cuestión de ideología, sino de quién consigue mayor eficiencia social; b) no hay soluciones universales, sino óptimos locales; c) las barreras de información, particularmente graves en España, impiden o dificultan las comparaciones; d) la competencia por comparación es muy saludable en un sector como el sanitario en el que los instrumentos de mercado son intrínsecamente limitados; e) la diversidad organizativa puede enriquecer al sistema sanitario, aportando frentes por los que avanzar y referentes de comparación para los centros. En este post profundizamos sobre algunos de los aspectos del debate.


Se puede mejorar la eficiencia social de la sanidad: a) cambiando la función de producción de atención sanitaria a nivel micro, de abajo arriba, revisando procedimientos; b) redefiniendo la cartera de servicios cubiertos por el aseguramiento público con criterios objetivos de coste-efectividad y equidad, mejor si lo hace una agencia independiente, que incluso podría abarcar otras patas del Estado del Bienestar; c) redefiniendo la función de producción macro mediante estrategias de cronicidad y otros rediseños organizativos.
En España, como en otros países, hay un amplio margen de mejora de la eficiencia mediante cambios en la práctica clínica, dejando de hacer procedimientos inútiles, cambiando la forma de hacerlos, o reasignándolos a otros profesionales con menores costes laborales. Esta estrategia de desinversión selectiva, en la que están empeñadas muchas asociaciones y grupos profesionales en otros países, requiere liderazgo profesional.


 No deja de resultar estimulante iniciar la conversación con el jefe de computación del MIT Media Lab, Michail Bletsas, mirando al Mediterráneo. Su Grecia natal y España buscan encaje en la nueva Europa y en una economía global crecientemente hiperconectada, con una presencia de la tecnología cada vez mayor. «Es difícil atraer inversión, pero gracias a internet el acceso a la tecnología se está democratizando y eso beneficia a las pymes españolas», dice Bletsas. También ayuda a sus competidoras en países emergentes con costes laborales más bajos. «Cierto, para diferenciarse hace falta creatividad e innovación», sentencia.


Este fenómeno podría provocar un nuevo cambio en los líderes globales de la economía. «Las corporaciones juegan a lo que juegan. Las sociedades funcionan cuando todas las partes interesadas participan al nivel adecuado. Si la sociedad civil o los gobiernos no participan, las corporaciones elevan su peso. Es un efecto natural colateral: quien está en el todo llena cualquier hueco que deje otro actor».
Kodak inventó la primera cámara digital y hoy ha desaparecido.



«La digitalización era una fase y esa fase ya la hemos pasado. Estamos conectados. Lo más importante de la digitalización es que es esencialmente gratuita. En el mundo analógico, imprimir un libro o un artículo tenía un coste incremental importante por cada copia. Eso ya no existe. Más interesante que la digitialización, sin embargo, son los cambios en cómo consumimos información debido a la conectividad y las redes sociales. Por ejemplo, el negocio de los diarios: el editor de un periódico cada vez más es sustituido por nuestros amigos de Facebook. Ha muerto definitivamente el álbum o el menú fijo de consumo. La gente se va cada vez más a la carta».
¿Y cómo monetizas la información entonces? «Ese es el gran reto ahora. Nadie ha encontrado la fórmula. Habrá un posible modelo de éxito, una especie de servicio sindicado en el que todo el mundo paga una tarifa, que será una fracción de lo que solían pagar por consumir medios, y contribuye al gran almacén».



El proceso de envejecimiento es un fenómeno común en los principales países desarrollados y supone un reto para sus economías y especialmente para sus sistemas de bienestar. En el caso de España, recogíamos en un post anterior que los indicadores más recientes muestran que el proceso de envejecimiento continúa avanzando. En esta ocasión, compararemos con otros países industrializados y veremos que de cara a las próximas décadas nos enfrentaremos a un proceso más intenso.
Principalmente, tres elementos están detrás. En primer lugar una de las mayores esperanzas de vida del mundo, tanto al nacer como a los 65 años. Segundo, tenemos una de las tasas de fecundidad más reducidas junto con elevada edad a la maternidad. Además, el proceso avanza con cierto retraso con respecto a otros países debido a que las generaciones de los babyboomers llegaron más tarde pero el peso de la población de mayor edad aumentará en las próximas décadas. Aunque el proceso inmigratorio de los años 2000 supuso el rejuvenecimiento de la población, según todas las proyecciones España se enfrenta irremediablemente al proceso de envejecimiento de la población. Según el INE, en las próximas cuatro décadas habrá 8,7 millones menos de personas en edad de trabajar (entre 16 y 66 años) y al mismo tiempo 8 millones más de personas mayores de 67 años y el peso de los octogenarios en la población total se triplicará hasta alcanzar el 18% del total.


 De cara a las próximas cinco décadas, España seguirá siendo uno de los países con mayor esperanza de vida al nacer y a los 65 años. En el gráfico 1 se muestra la evolución de la esperanza de vida al nacer y a los 65 años desde el año 2002, el incremento observado hasta 2014 y el avance esperado desde 2014 hasta el año 2050. Como se puede ver, según las proyecciones de Eurostat, en el año 2050 España tiene la mayor esperanza de vida al nacer en el caso de las mujeres, y es el segundo país para hombres y esperanza de vida a los 65 años, tanto hombres como mujeres.



"Es un problema a resolver, porque además tendría un coste económico muy irrelevante", asegura Marciano Sánchez, de la Federación de las Asociaciones de Defensa de la Salud Pública (FADSP), que da una clave para entender el limbo en el que viven esos 200.000 afectados: "La ley del 86 asume las leyes anteriores que fijaban que la cotización a la Seguridad Social marcaba la asistencia sanitaria". De ahí la exclusión de grupos no cotizantes, como los colegiados no sujetos al régimen de autónomos y los que han agotado el paro y ya no cotizan pero cuentan con ingresos por encima del salario mínimo, por lo que no entran en el grupo de personas sin recursos, que sí tienen garantizada la cobertura. La crisis, sin embargo, parece estar reñida con los datos oficiales. Expertos consultados por 20 minutos aseguran que, siendo difícil de calcular, la cifra de excluidos se aleja bastante de la que fija Sanidad y podría superar los 300.000 afectados. La crisis –dicen las mismas fuentes– ha multiplicado los casos en los últimos meses, ya que cada vez más personas agotan el subsidio sin haber conseguido otro trabajo. El Ministerio de Sanidad asegura que no tiene constancia de este repunte. No me dieron muchos detalles... Te quedas al descubierto por completo "Pedimos que el Estado de derecho se cumpla. La cobertura es universal para residentes en España", asegura el abogado Santiago Herrera, que matiza que el sistema ha cambiado, y la Seguridad Social (la cotización) ya no determina la cobertura: "Se sufraga con cargo a los Presupuestos Generale"», es decir, sale de impuestos como el IRPF, que pagan personas que no reciben un servicio a cambio.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1029128/0/sanidad/asistencia/gratuita/#xtor=AD-15&xts=467263

 En algunos casos ni siquiera en urgencias la atención fue satisfactoria. Es el caso de Manuela, que acudió con su hijo de 5 años al hospital porque tenía una crisis asmática. “Durante más de 35 minutos el personal de urgencias nos negó la posibilidad de ser atendidos aludiendo a problemas de validez de nuestras tarjetas sanitarias. Sólo nos pasaron a la sala de espera cuando firmamos un papel en el que nos comprometíamos a pagar los gastos de la visita”.

Al emigrar, la denegación de la tarjeta sanitaria europea se convierte en un problema al llegar al nuevo país, en el que todavía no se está cubierto sanitariamente. A Pelayo, estudiante de 21 años, le denegaron la tarjeta sanitaria europea porque su madre tenía un contrato temporal.

El Real Decreto de abril de 2012 sacó del sistema a la gente que no cotizaba. Se les denominaba “personas sin recursos” a partir de los 26 años y se les daba una tarjeta sanitaria propia, pues ya no podían ser beneficiarios de sus familiares. Quienes no se dieron de alta acogiéndose a esta nueva modalidad, eran automáticamente eliminados del sistema porque se asumía que habían emigrado. Con la reforma de finales de 2013, si siendo personas sin recursos expresan su voluntad de marcharse, se sustituye la tarjeta sanitaria europea por un papel válido para 90 días. Este documento, escrito únicamente en castellano, no es aceptado en algunos países europeos por desconocimiento del mismo.