miércoles, 16 de octubre de 2019

a anomalía de temperatura más notable se ha registrado estos días en el hemisferio austral

Las toneladas de gases de efecto invernadero que emiten cada año los seres humanos están provocando alteraciones sobre el clima, que no en el tiempo. El clima es el promedio de un parámetro como la lluvia o la temperatura en un período de treinta años mientras que el tiempo describe el estado de la atmósfera en un momento específico. Los cambios en el clima pueden, eso sí, notarse en el tiempo aunque los científicos que estudian el calentamiento global trabajan con escalas temporales largas, no de una día para otro. Eso les permite comparar la situación actual con otras del pasado y apreciar las diferencias. Cuanto más amplia sea la línea temporal mejor.

Las temperaturas a lo largo del año, ya sea en Australia, Estados Unidos o Galicia, experimentan grandes fluctuaciones que se ajustan al paso de las estaciones. En invierno, como se pudo apreciar hace unos días, el mercurio puede descender hasta los treinta grados en algunas zonas y subir en verano hasta los cuarenta en otra. Sin embargo, la cifra que se debe manejar cuando se habla de calentamiento global es la que se corresponde con la temperatura media, que asciende a unos quince grados. Todos las anomalías que se registran al cabo de un año tiene efecto sobre ese valor, el que realmente está aumentando, un grado desde la Revolución Industrial.


Las temperaturas de los hemisferios norte y sur sufren y cambian drasticamente de forma notable en los últimos 1.000 años

Un estudio internacional, en el que ha participado la Universidad Complutense de Madrid, ha demostrado que a lo largo de los últimos 1.000 años las diferencias entre las temperaturas del hemisferio norte y el hemisferio sur han sido mayores de lo que se creía. El uso de nuevos datos ha permitido demostrar que las simulaciones de los modelos climáticos sobrestiman el acoplamiento de las variaciones climáticas que tienen lugar en ambos hemisferios, lo cual tiene implicaciones para las predicciones de carácter regional.

El hemisferio sur representa un reto para los investigadores. Sus extensos océanos, el hielo antártico y sus desiertos hacen que, además de que ya de por sí recopilar datos acerca del clima actual sea una tarea especialmente ardua, mayor dificultad suponga aún compilar datos del clima pasado. No obstante, para entender los mecanismos del sistema climático es preciso disponer de reconstrucciones multi-seculares del clima en el pasado, que se obtienen a partir de archivos proxy como los de los anillos de los árboles, o los sedimentos depositados en lagos, corales y testigos de hielo. A lo largo de los últimos años un equipo de investigación internacional, coordinado por Raphael Neukom del Centro Oeschger de la Universidad de Berna y del Instituto de Investigación Suizo WSL, ha realizado un esfuerzo conjunto para obtener y analizar nuevos datos que proporcionen indicios acerca de las variaciones del clima en el hemisferio sur. Hasta ahora, las estimaciones a tan largo plazo del clima en el pasado se basaban, casi exclusivamente, en datos procedentes del hemisferio norte. El trabajo se publica en la revista Nature Climate Change.Climatólogos de Australia, expertos de la Antártida, así como modelizadores de América del Norte y el Sur y de Europa, han participado en el proyecto. Estos investigadores han conseguido reunir datos climáticos de más de 300 emplazamientos, y han aplicado una amplia variedad de metodologías para estimar las temperaturas en el hemisferio sur a lo largo de los últimos 1.000 años. En un 99,7% de los resultados obtenidos, la década más cálida del milenio tuvo lugar después de 1970. 


El cielo

Otra de las diferencias entre el hemisferio norte y sur es que en el sur la Luna no es mentirosa: en el norte cuando la Luna tiene forma de C es decreciente y cuando tiene forma de D es creciente. En el hemisferio sur pasa todo lo contrario: C indica que la Luna es creciente y D decreciente. Esto tiene una razón fácil de entender, puestos que en el hemisferio sur se tiene otra perspectiva del cielo nocturno, así como una zona mucho más poblada de estrellas.

Los científicos utilizaron 277 registros terrestres y 48 marinos del hemisferio sur para reconstruir las fluctuaciones de la temperatura para los años 1000-2000 y se compararon estos con las reconstrucciones del hemisferio norte publicadas y el registro instrumental desde 1850. Los autores hallaron que el hemisferio norte tuvo un mayor rango de variación de la temperatura, en comparación con el hemisferio sur, durante los años 1000-1850 . 


"Las diferencias inter-hemisféricas del clima en las próximas décadas podrían ser mayores que lo que los modelos estiman en la actualidad. Esto tendrá implicaciones para las simulaciones de cambio climático que hagamos en el futuro. Es un ejemplo de cómo los estudios paleoclimáticos pueden contribuir a la evaluación de las herramientas que utilizamos para estimar la evolución del clima en el futuro", declara Fidel González-Rouco, investigador de la UCM y coautor del estudio.