viernes, 23 de marzo de 2012

MEDIOCRIDAD PERIODÍSTICA

Nunca he querido hacer el New Yorker en español. Es decir, no creo en reversionar “en castellano“ la mí­tica revista estadounidense. Esto último es necesario aclararlo, casi como una declaración de principios. No es un detalle insignificante: en los últimos años he conocido a muchí­simos -demasiados, la verdad- periodistas latinoamericanos que tarde o temprano -con más o menos cervezas en el cuerpo- terminan diciendo aquella temida frase: «Queremos hacer el New Yorker en español».

¿Por qué lo dicen? ¿Y por qué, siempre, como una solución? No hay distingo de rango ni de paí­s. La frase se la he escuchado a estudiantes de periodismo, a reporteros desempleados, a directores de grandes grupos de revistas. Sólo en Buenos Aires, donde vivo hace algunos años, recuerdo claramente a tres editores de medios relativamente importantes que me han dicho: «Nuestra idea es que, de a poco, lleguemos a ser como el New Yorker en español».

Demás está decir -lo supondrán- que esos mismos editores, de ambiciones tan cosmopolitas, manejaban un presupuesto flaco como un alfiler y nunca llegaron a concretar su -pretencioso- sueño. No es un problema tener poco dinero: tiene cierta épica colaborar con una revista de buenas historias y bajo presupuesto. Lo grave, estoy convencido, es lo otro. Es seguir creyendo que algo nos falta. O más grave, pensar que lo que nos falta es una versión en español de The New Yorker.

Todos nos hemos burlado cuando fracasan, una y otra vez, intentos como el tener un Hollywood en español, un campeonato de Football Americano en español, y hasta una una Navidad con pista de hielo en español. Sin embargo, la idea de nuestro propio New Yorker sigue en pie como una aspiración porfiada. Hace pocos dí­as, en una mesa de bar con periodistas, volví­ a escuchar la frase como si fuera la última gran ocurrencia. Entre vasos de cerveza sin gas y cigarrillos incendiados, alguien soltó: «Tengo una idea… ¿y si intentamos hacer algo como el New Yorker en español?». Otra vez. Como tantas veces. No sé si alguien entiende esta obsesión/cliché. Tal vez, la respuesta es simple: finalmente solamente somos eso: una gran versión en español.

Por cierto, cada uno puede querer hacer lo que quiera. Nadie prohi­be nada. Hagan la versión latina de la revista gringa, si eso resuelve la cuenta pendiente. Inténtelo, y háganlo de una vez. Incluso, tal vez colabore. Pese a que mantengo en alto la consigna: ¡NO AL NEW YORKER EN ESPAÑOL!


No cabe duda que los medios de comunicación han convertido a sus intereses en empresas interesadas solo en el mercado, puesto que más de los interés políticos de por medio, las empresas hacen que las noticias que no son noticias sean obligatorias para los periodistas hablar de tal o cual de estos temas siendo totalmente irrelevante. ¿es eso ético? ¿Cómo es posible que los “periodistas” latinoamericanos tengan un pensamiento tan corriente de identificarse con medios gringos y mucho más tener como propósito el “yo quiero ser como…”
Esos comunicadores plantean enfoques mediocres sin nivel cultural , ni identidad propia en los que se hacen parte de la sociedad de consumo, se excluyen de valores éticos y se mantienen en manos de los monopolios de dicha sociedad, en la que la responsabilidad social no existe y el camino a la buena información es limitado.
Los periodistas debemos tener una comprensión de la comunicación no como mercancía, sino como para nosotros mismos, como impulso propio, para un espacio de transformación y participar de una democracia justa para crear sociedades críticas e informadas. Pero, ¿con comunicadores que piensan en la prensa del primer mundo como si fuera lo mejor, porque no empezar por el cambio común de nuestros países que son los que necesitan genios de la información que cambien la visión de la sociedad a la que pertenecen brindando información de calidad, utilizando fuentes confiables y verídicas en las que se contrasten, crear enfoques de debates generales y sobre todo invertir en calidad.





Cuantas veces al despertar, se tiene que aguantar la mediocridad periodística que reina en este país? Me imagino que a más de uno le causara cierta intriga en pensar como ciertos periodistas de la “trayectoria” de los nombrados, con bombos y platillos tanto en TVN Canal 2 o en peor de los casos Telemetro canal 13 solo le falta la famosa alfombra roja para ensalzar a estos famosos periodistas. Se preguntaran el porqué de mi sarcasmo. Se lo voy a explicar! En Nuestro pequeño país que en vez de tener miras en formar profesionales (en toda su dimensión) está muy de moda el periodismo farándula, en donde hay desde los oxidados periodista comentaristas y reporteros, hasta los nuevos ejemplares salidos de los concursos de bellezas, el cual solo proyecta mucho rostro y nada de criterio o aporte objetivo, En más de una ocasión vemos como los Politicuchos baratos se devoran a punta de demagogia y retoricas de mala muerte a estos señores que difunden los hechos noticiosos de nuestro país. O la gran difusión del clásico amarillismo noticioso, que van desde los hechos  policiacos del día hasta las imágenes enfermizas de accidentes automovilísticos, los bochinches tanto de políticos como “famosos del patio”, en fin una gran conglomerado de sucesos que en nada aporta a la formación de criterios a partir de un hecho de magnitud periodística. Y que hablar de los programas de debates, uno que cuenta con una dama (que en suma es muy guapa) pero de nada vale tal belleza si su función carece de aporte formal dentro de la interacción rigurosa de tales temas; ahora están de moda los muñecos que toman la delantera y son los más osados y atrevidos impertinentes en la formulación de preguntas que en consecuencia desmerita la función veraz de los asuntos formativos en la proyección de los debates. Tales carencias de seriedad dentro de los noticieros de este país crean un retroceso en los cimientos de la opinión pública, es por eso que vemos su efecto papagayo en las opiniones creada dentro de los medios y que el panameño común repite incesantemente sin tan siquiera saber cuáles o como son las estructuras central de dichas opiniones. El panameño como un ave sale a las calles y dice y dice y dice tantas sandeces como las escucho tempranito en los noticieros, para citar un ejemplo, (tema tratado por mi compañero Fernando en este mismo blog) el caso Ford, recuerdo que ese día sonaba y resonaba y volvía a sonar esto: “Es que Ford es el padre de la democracia” pregunto yo: ¿Es así? Por supuesto que no, y en esto está la gravedad del asunto; Los medios son los principales responsables del atraso formativo y cultural del panameño en general. Los medios y su propagación de las narcos-novelas , jugando un papel de alta doble moral, al programar en exageración tales noveluchas y salir después con su perfil “eficiente” en la lucha contra la violencia y la “paz” esperada (y seguirán esperándola). Los Medios y sus robosrealitis, que solo basta mirar las grandes arcas de ganancias a punta de las creaciones de “artistas” (tanto jóvenes como adultos) que fuera de que fuera de utilizar los sueños de los mismos, han modificado las reglas del juego, ahora resulta que gana el que más llamada obtiene, algo así como este ejemplo: Ustedes se imaginan que esté peleando nuestro Campeón Chemito Moreno vs fulanito de tal de Indonesia, y al  al público, que llamen y boten por su favorito, el que más llamada obtenga, es el ganador. Parece mentira pero así son las reglas ahora. Todas estas situaciones (sin contar el gran circo de payasos gubernamentales) son las que rondan en nuestros noticieros y programación en general, absolviendo totalmente los criterios fundamentales de cada ciudadano de este País; se habla de síntesis informativa, me pregunto si ellos dominaran la escuela dialéctica del siglo XIX, se habla de los primeros en noticias ( creo que esto solo lo logran en la puntualidad de obtener las primeras opiniones para luego difundirlas sin análisis alguno) se habla de tanta y tantas tonterías que encender la Tv panameña tiene como resultado la sensación de pena ajena a nuestros famosos periodistas del patio (que en suma SIGUEN siendo más del patio, que periodistas.




EJEMPLO  DE  PERIOSDIMO  INCENDIARIO.  FOTO  ARRIBA
Cada día me sorprende más la mediocridad periodística que impera en los medios. Parece que los reporteros se han conformado con seguir en la dinámica de repetir la verborrea oficial, cayeron en el abandono de los géneros periodísticos, en la monotonía de recitar las declaraciones de políticos ignorantes. En el conformismo de cumplir con cinco notas mal escritas para que los editores puedan llenar, como sea, páginas y páginas que cada día menos lectores leen.
Cómo extraño las crónicas del viejo y mezcalero Ulises Retontera, las antiguas notas culturales de Fortino, los destellos noticiosos de Jorge Vega, los chispazos de Willy López Torres. Hay algo común en estos sujetos que hacía distinguir de inmediato su trabajo periodístico: aman la literatura y la poesía, la historia y las letras de Oaxaca, fueron críticos, en cierto tiempo y medida, de todo lo que olía a oficial. Nunca se conformaron, aunque el tiempo a veces pasa.


Se formaron en las viejas redacciones donde la bohemia y el alcohol era parte sustancial de la vida del reportero. Se formaron como autodidactas, en las pláticas, discusiones y peleas de las peores cantinas.
Siempre inconformes, críticos sarcásticos de sí mismos, de su trabajo y de su vida, de la bonita sociedad oaxaqueña y sus ilustres políticos.
Aunque algunos tuvieron que trabajar como jefes de prensa, mantuvieron cierto nivel de independencia en sus escritos.
Son distinguidos miembros de una no tan vieja guardia del periodismo oaxaqueño que no logró cuajar en un cambio cualitativo para el periodismo oaxaqueño. Añoro las salas de prensa que un poderoso ignorante mandó desaparecer. Ahí se vivía y discutía acaloradamente, se criticaba despiadadamente el trabajo cotidiano, lo mal escrito, lo nefando, los arrastrados cebollazos de personajes que lograron ubicarse como estrellas del periodismo y se colgaron encima sus premios y que ahora son “reconocidos” columnistas. Qué lástima.
Ahora veo jóvenes periodistas desconcertados, sorprendidos por una cruda realidad en la que ganan mucho menos de lo que pagaban cada mes en las escuelas privadas. Veo redactores, repetidores, jóvenes con enormes carencias en la redacción, con escasa formación cultural y un pobre bagaje de lecturas.
Pocos son los que empiezan a forjarse un camino y un nombre, pocos son los que no serán reporteros desechables.


los lectores, están esperando a los que quieren hacer periodismo con pasión, a los reporteros que aman la literatura y que sueñan con escribir la crónica que un día será libro, el reportaje que mañana será referencia obligada para entender la conflictiva realidad del estado.

Estamos a la espera del reportero que hará la crónica del 2006. De los días en que la cabeza de Ulises Ruiz Ortiz se tambaleaba. Del que explique a los lectores cuántos grupos estuvieron involucrados en ese movimiento, el que describa porqué la virulencia de la protesta, y que identifique a los hombres del poder que estuvieron presentes, sin ser mencionados, en las notas periodísticas.

Los lectores esperan una explicación de porqué en Oaxaca la disputa por el poder es feroz. Están esperando a los periodistas.




Mediocridad Periodística









Ya conocíamos algunas cosas acerca de la mediocridad periodística, aquellas que solo se valen de falacias para sobrevivir todos los días, esas que solo para aumentar las ventas de sus panfletos acusan y ofenden la integridad de algunas instituciones, no diré pues que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de la que soy alumno sea la mejor institución con alumnos perfectos y con un espíritu transparente, diré que es una institución que con sus 457 años a sido parte desde siempre de la historia del Perú y que en las últimas décadas a sido testigo de miles de injusticias que la han afectado enormemente, pese a esto el fenómeno social de la mediocridad infectó a la decana de América con un instrumento muy potente y persuasivo “el estado dictador”, aquel que puso en desequilibrio la producción científica y humana de mi alma Mater. Ahora que estamos en crisis, estos periodistas mediocres acusan sin solventar alguna capacidad de solución de la que hoy necesitamos todos, creo que se olvidaron que la información transparente es compromiso moral de todos aquellos que se valen del periodismo, ¿que ha pasado con la prensa peruana?, ¿que a pasado con la información?, ¿acaso solo con tal de vender algunos panfletos más no les importa que el Perú se destruya con tanta información basura que proporcionan?. Incluso personas que tenían merecido respeto por su capacidad de crítica se han contagiado de esta fiebre mediocre, y están dispuestos a destruir no ha construir y desconozco sus fines, aunque el fin más cercano a ellos es lo personal. Criticar no es sentarse a escribir falacias, criticar es analizar el problema y señalar cual es el verdadero entendimiento de algo, peor aun si se involucra a una institución. Digamos que Tratemberg tuvo razón al señalar la crisis universitaria por la que pasa San Marcos y que de alguna manera como lo he señalado ya anteriormente, contribuye a la reflexión de ver el problema real y no disfrazado, por esto todos aquellos estudiantes, docentes, y entre otras personas que nos afecta el comentario de su artículo, sostuvimos pequeñas conversaciones a fin de reflexionar acerca de el problema de nuestra casa de estudios, lo que fue productivo ya que nos comprometimos particularmente en tratar de solucionar en algo el problema, el compromiso no fue de manera grupal, pero si era un compromiso individual de carácter moral con nuestra casa de estudios. Los más afectados fueron aquellos que representan a la universidad, estos intentaron hacer un pronunciamiento que solo condujo a más y más mediocridad, yo digo que fue un impulso natural, porque si lo hubieran pensado (esto literalmente significativo), no hubieran escrito el panfleto dirigido a Tratemberg, y no hubiera salido a la luz el mediocre de Levi con aquel panfleto al que esta dirigido mi comentario.

Parece que en estas últimas décadas estamos siguiendo los pensamientos de Nietzsche, no se sorprendan, ahora todos los que leen más de 20 libros en el Perú se creen superhombres, con capacidad puritana de denunciar cualquier pronunciamiento y catalogar de burros a todo el que se le cruce, “mediocre” pues el que cree tal artimaña y el que hace lo que estoy escribiendo, ¿donde queda su capacidad de crítica? ¿en un insulto?, pero después de todo, que se puede esperar de la mediocridad periodística, mejor antes de hablar o escribir primero hay que pensar.



La utopía periodística de “La sombra del poder” contrasta con la mediocridad de la profesión
La sombra del poder” (State of Play), un interesante thriller de intrigas políticas y mediáticas con un interesante mano a mano, que mantiene en suspenso durante toda la película, entre el reportero Russell Crowe y el congresista Ben Affleck. El film es un auténtico homenaje al buen periodismo de investigación, de ese que pasa por encima de corruptelas, intereses económicos o influencias y favoritismos políticos y editoriales. Ese que apuesta por la verdad, el interés de la sociedad y el respeto a las fuentes por encima de todo, incluso de la amistad. ¿Qué bonito sería que la realidad fuera esa, no?… Muchas de estas características son casi una utopía en buena parte del periodismo de nuestros días. El largometraje hace constantes referencias a los bloggers a los que califica de “sanguijuelas” calificativo con el que no estoy de acuerdo en todos los casos, por que creo que hay muchas cosas que tienen que ser dichas, aunque sea en pequeños foros, y los Blogs de alguna manera cumplen esta función. También en los blogs se suelen tratar muchos de los temas que no están en la agenda mediática regular, los temas de los que no se habla abiertamente, o en absoluto en los medios, y que están determinados más bien por la Agenda Política e intereses de las élites; y en menor medida, por los intereses de la sociedad y los grupos minoritarios.
Es interesante y muy resulta bastante verídico el contraste entre el viejo y el nuevo periodismo, las tensiones actuales entre el papel, y la vieja escuela vrs. el formato digital y la nueva escuela. Al final de la peli hay un juego paralelo entre el auténtico periodismo a dos velocidades en una redacción gravemente herida por la crisis de la profesión. Un redactor de los veteranos y experimentado, y una joven periodista y también blogger -Rachel McAdams- administran hasta el límite los tiempos y se convierten en excelentes narradores de una historia apasionante, dejando muy claro que lo importante en esta profesión siempre es el contenido, no el contenedor.

En “La sombra del poder” la realidad supera a la ficción y la película es muy recomendable si te gustan los thrillers y eres un aficionado al suspenso y los entramados políticos, pero predomina la ficción, aunque sirva de catarsis para neutralizar la cruda realidad del periodismo actual, aunque, afortunadamente todavía quedan por ahí muchas excepciones.


Cuarto poder, expresión con la cual solía designarse a la prensa, en alusión a la extraordinaria influencia que ésta ejercía en los años previos a la Revolución francesa[cita requerida], hasta la llegada de los todavía más poderosos medios de comunicación; TV, radio, Internet, etc.

Su creación es atribuida al escritor, orador y político anglo-irlandés, muy famoso e influyente en su época, Edmund Burke (1729-1797), dando con ella una prueba casi profética de perspicacia política, ya que en aquel momento la prensa no había logrado, ni siquiera en Inglaterra, el extraordinario poder que alcanzaría más tarde en todos los países libres. En tiempos modernos muchos críticos consideran que la prensa no se limita a reflejar la opinión pública, sino que puede crear esa misma opinión pública, proporcionando la casi totalidad de la información con la que ésta cuenta en cualquier momento dado, siendo uno de los generadores del denominado mainstream (en español "corriente generalizada" o "intereses comunes").

EL CUARTO PODER 
Hoy en día la información se ha convertido en un instrumento de poder; ha sido capaz de atraer la opinión de la sociedad influyendo en ella de una manera voraz, un elemento de manipulación a través del que se defienden diversas posturas e ideologías, un elemento que incide en nuestra manera de pensar inconscientemente.
Tras el poder ejecutivo, legislativo y judicial se encuentra el cuarto poder: la información, en manos de unos pocos privilegiados, que tiene como finalidad informar y busca como objetivo que esa información llegue a la sociedad.
Hoy en día no toda la información que nos llega a través de los medios es fiable, sobretodo aquella que denominamos “prensa amarilla” en la que se dan preferencia a los escándalos, la mayoría ficticios, para conseguir lectores, asimismo algunos diarios defienden posiciones políticas o económicas, aparentando, en principio, ser neutrales. Una vez descubierto el valor extraordinario de la prensa, todos los representantes tratan de aprovecharla en su servicio, pero llegó el momento en el que el instrumento se hizo superior a sus manipulaciones. Todo ello da lugar a que se creen asociaciones de vigilancia continua para prevenir el abuso que se ejerce desde el cuarto poder, estas asociaciones luchan contra la manipulación de la información, contra el engaño que se pueda desempeñar a través de los medios de comunicación, un ejemplo de ello es la FAIR (“Fairness and Accuracy in Reporting”) oficina creada en EE.UU. con base en Nueva York. Actualmente la falta de control sobre los medios y la planificación deliberada de estrategias, llevada a cabo por los grupos de prensa poderosos, son capaces de crear opiniones entre los leyentes que favorezcan a sus intereses, incluso ayudar o perjudicar a los políticos en las elecciones consiguiendo votos a favor o en contra.
En la mesa redonda de las III Jornadas de Comunicación de la CEA los asistentes a debatir sobre el tema afirman que un medio de comunicación sólo será creíble cuando éste sea independiente, libre de cualquier coacción.
En resumen la información presente tanto en la prensa como en radio, televisión e Internet se ha convertido en un elemento de posible manipulación tanto en España como en cualquier sitio del mundo, que no puede ser controlado por ninguna ley y no conoce límites, hablamos del cuarto poder.
El poder, está considerado como un elemento con capacidad para tratar de persuadir y de influir sobre la ciudadanía gracias a que posee los resortes socioeconómicos e informativos para ello. Por consiguiente tanto el poder político como el económico es el poder que emana de un sistema concreto: la información. Este poder real lo forman grandes empresas de las finanzas, las telecomunicaciones, la información... de una forma explícita, clara; pero también existen otras presentes de forma implícita, supuestas empresas accionistas que se ven beneficiadas a través de los medios a los que respaldan.
La información ha sido definida como el “cuarto estado del reino” por Maculay y como “cuarto poder” por Edmund Burke, en la actualidad, la información, es un elemento del primer poder, del poder que un sistema contiene.
Al hablar de poder e información hay que interrelacionar tres conceptos: información, periodismo y publicidad. Cuando en el mundo de la información se dan intereses publicitarios, la libertad del periodista y del creador disminuye, lo que es un obstáculo para que reconozcamos la existencia de una publicidad correcta, informativa, veraz y no agresiva.
Como ya sabemos la información es enviada al receptor a través de un canal, esa información contiene un conocimiento determinado y ese conocimiento es puesto en común. Atraviesa las fases de emisión, codificación, transmisión, descodificación y recepción produciendo en sus destinatarios una intención ideológica, esta ideología denota un sistema de representaciones sometido al sesgo, al rumbo de una perspectiva y de un interés particular.
Las estructuras han sido consecuencia de la acción del ser humano. Es preciso indicar que, por sí mismas, no constituyen un elemento negativo, la negatividad viene dada por la apropiación de que son objeto para el interés particular.
Según las encuesta realizada en octubre del 2002 el 72% de los encuestados afirman que la comunicación influye en el pensamiento humano de una manera positiva o negativa dependiendo de sus ideologías. El 86% alegan que no se da a conocer toda la información que se ocultan algunos temas relacionados con la política, la salud pública, las drogas, el terrorismo... todo lo que afecta a nuestro entorno, a la sociedad. El 98% se da cuenta de que la información es un elemento manipulador y que generalmente defienden posturas políticas o económicas.
“La prensa ha hecho y deshecho gobiernos, ha creado unas reputaciones, ha arruinado otras(...). Por eso le han llamado el cuarto poder, y en algunas ocasiones pretendió ser el primero”.
En mi opinión considero que hoy en día todos los medios de comunicación tienen demasiada influencia sobre nuestra manera de pensar, nos atacan, nos manipulan, violan la intimidad de los famosos, los acosan... todo por llevarse a la boca un pedazo de gloria, por estar ejerciendo lo que hoy llamamos el cuarto poder. Los medios de comunicación, hoy por hoy, hacen lo que se les antoja, no hay reglas, no hay control... sólo un montón de información, creerla o no es cosa nuestra.



La realidad de aldea global en la que vivimos nos obliga,- para conocer lo que pasa en su inmensidad,- a recibir noticias, expresiones artísticas y novedades científicas y tecnológicas, a través de los instrumentos de difusión, ya sean estos impresos o electrónicos (radio, televisión, Internet, editoriales de material de lectura o electrónico). El ámbito que le atribuimos es hoy mucho mayor que el estricto de los reporteros a los que se refería Burke cuando hablaba del CUARTO PODER.
Pero junto con su extensión, la frenética sucesión de novedades locales e internacionales, nos hace también depender de esos instrumentos. No solamente para informarnos, sino también para estudiar, para entretenernos con música, baile o teatro, para conocer a políticos y gobernantes, para saber qué nuevos productos podremos comprar mañana en el supermercado.
Sin embargo, nosotros, como público, no tenemos injerencia en la programación ni control sobre las intenciones o los resultados. Quienes fijan las reglas del juego son los propietarios o directores de los medios de Prensa, las productoras de noticias y sus corresponsales, los editores de discos, los directores de programas artísticos y sus críticos, los agentes de relaciones públicas. A ellos no los elegimos democráticamente, sino que se impusieron por su habilidad o por los medios financieros de que disponían. Quien pone el capital, toma las decisiones.
Ellos a su vez, también son dependientes de las encuestas de lectores, oyentes o televidentes. Y esas encuestas supeditan la financiación de los anunciantes o de los productores del material artístico. Hemos creado pues una máquina que nos domina a todos: determina nuestra dieta, nuestra forma de vestir, el léxico con el que nos expresaremos, los bailes de nuestros hijos, las obras teatrales que se representarán, la pintura que se exhibirá en los museos, la imagen de los políticos. Toda manifestación de la cultura mundial es hoy producto de esa máquina omnipresente y omnipotente.
Hace un par de meses fue entrevistado en un programa de su propio canal, el presidente del directorio de una empresa de televisión privada de Israel. Y cuando se le preguntó por el contenido de los programas como factor de cultura, rechazó terminantemente que su canal debiera preocuparse por ello: para él la televisión es solamente un medio de entretenimiento para los televidentes.



Hoy en día la información se ha convertido en un instrumento de poder; ha sido capaz de atraer la opinión de la sociedad influyendo en ella de una manera voraz, un elemento de manipulación a través del que se defienden diversas posturas e ideologías, un elemento que incide en nuestra manera de pensar inconscientemente.
Estamos a la espera del reportero que hará la crónica del 2006. De los días en que la cabeza de Ulises Ruiz Ortiz se tambaleaba. Del que explique a los lectores cuántos grupos estuvieron involucrados en ese movimiento, el que describa porqué la virulencia de la protesta, y que identifique a los hombres del poder que estuvieron presentes, sin ser mencionados, en las notas periodísticas.

LIBRO   MUY   RECOMENABLE  SOBRE   EL  PODER  QUE  DA  TENER  A  LA PRENSA  COJIDA  POR   LOS  ""guitos"



















 

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