lunes, 7 de mayo de 2012

PSICOLOGIA, { 25 }


LA   NEGACION

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Son las cinco fases por la que, según el modelo redactado en 1969 por la doctora Elisabeth Kübler-Ross, pasan los pacientes a quienes se les ha diagnosticado una enfermedad terminal, aplicables a cualquier catástrofe personal. No todas las personas tienen por qué sufrirlas ni tienen que llegar en este orden. Ya se sabe, la economía es una ciencia bastante poco científica porque depende de las insondables mentes y las emociones humanas.

Precisamente por este carácter subjetivo de la economía no es muy difícil encontrar los síntomas de Kübler-Ross en la economía española, que ha visto confirmado que todo llega antes o después, que la economía tiene ciclos y que los pisos, a veces, bajan de precio. Y se puede hablar de diagnóstico porque, en realidad, la crisis ha llegado a gran velocidad.
En la crisis de Martinsa Fadesa, como en casi todas las crisis empresariales, se ha pasado por la negación, cuando se apuntó desde esta compañía que los pisos en España no bajarían; se ha visitado la ira en las diatribas -atribuidas a fuentes anónimas- contra el Gobierno por los 150 millones más famosos de este año, y obviamente hubo algo de negociación. Ahora estamos en la depresión, no sólo esta empresa o este sector; depresión es lo que se enseña hoy en los medios de comunicación o en las declaraciones institucionales.
Toca cuanto antes pasar a la siguiente fase: aceptación. Para quienes esperaban el pinchazo del ladrillo desde 2004 la aceptación es más sencilla. Para quienes se subieron a esta ruleta de la fortuna, menos. Ojalá que Martinsa sirva para acelerar la depresión y llegar antes a la aceptación, pues no se puede superar aquello cuya simple existencia se niega. Es, quizá, una de las pocas lecturas positivas que se pueda sacar de una semana nefasta para las finanzas españolas: Si Martinsa estuviese en pie -vía ICO- todavía estaríamos en la negación, o en la ira, o en la negociación.


Esta primera etapa del duelo nos ayuda a sobrevivir a la pérdida.En ella,el mundo se vuelve algo absurdo y abrumador.La vida no tiene sentido.Estamos en un estado de conmoción (shock) y negamos los hechos.Nos volvemos insensibles.Nos preguntamos cómo podemos seguir adelante,si podemos seguir adelante,por qué deberíamos seguir adelante.Intentamos encontrar la manera de ir pasando simplemente los días.La negación y el shock nos ayudan a afrontar la situación y a sobrevivir.La negación nos ayuda a dosificar el dolor de la pérdida.Hay alivio en ella.Es la forma que tiene la naturaleza de dejar entrar únicamente lo que podemos soportar. 
Conforme vamos aceptando la realidad de la pérdida y comenzamos a hacernos preguntas,estamos iniciando sin saberlo el proceso de la curación.Nos estamos haciendo más fuertes y la negación esta empezando a remitir.Pero conforme avanzamos,comienzan a aflorar todos los sentimientos que estabamos negando.
IRA:
La ira es una etapa necesaria del proceso curativo.Tienes que estar dispuesto a sentir tu ira aunque pueda parecerte infinita.Cuanto más autenticamente la sientas,mas rápido empezará a disiparse y más rápido te curarás.Existen otras emociones bajo la ira,y las abordarás en su debido momento,pero la ira es la emoción con la que estamos más acostumbrados a tratar.Lo cierto es que la ira no tiene límites.No sólo puede extenderse a nuestros amigos,los médicos,la familia,nosotros mismos y la persona querida que ha muerto sino también a Dios.Puedes preguntarte "Dónde esta Dios en todo esto?"
Debajo de la ira se esconde el dolor,tu dolor.Es natural sentirse desamparado y abandonado pero vivimos en una sociedad que le teme a la ira.La ira es fuerza y puede convertirse en un ancla,un sujetador que nos proporciona una estructura temporal al vacío de la pérdida.Al principio,percibimos el duelo como estar perdidos en el mar:no hay ninguna conexión con nada.Luego nos enfadamos con alguien,tal vez con una persona que no ha asistido al funeral,tal vez con una persona que no está a tu lado,tal vez con una persona que es diferente a la persona querida que murió.De repente tenemos una estructura:nuestra ira contra esas personas.La ira se convierte en un puente tendido sobre el mar abierto,una conexión entre ellos y nosotros.Es algo a lo que aferrarse ,y una conexión hecha con la fuerza de la ira es mejor que nada.En general,estamos más acostumbrados a contener la ira que a expresarla.No la reprimas.En vez de eso,explórala.La cólera es meramente otra indicación de la intensidad de tu amor.También podemos sentir culpa,que es la ira vuelta contra uno mismo.Pero no tenemos la culpa.Si pudieramos cambiar las cosas lo haríamos pero no podemos.La ira afirma que podemos sentir,que hemos amado y que hemos perdido.

NEGOCIACION:
Antes de una pérdida,parece que haríamos cualquier cosa con tal que no se lleven a la persona que queremos."Por favor,Dios-negociamos-no volveré a enfadarme con mi mujer nunca más si dejas que viva".Después de una pérdida la negociación puede adoptar la forma de una tregua temporal."Y si dedico mi vida a ayudar al prójimo,podré entonces despertarme y descubrir que todo esto ha sido una pesadilla?".Nos extraviamos en un laberinto donde no hacemos más que repetirnos "Si sólo hubieramos.."y "Qué hubiese pasado si.."Queremos que la vida vuelva a ser como era;queremos que nuestro ser querido sea restituído.Queremos retroceder en el tiempo:encontrar antes el tumor,reconocer la enfermedad con más rapidez,impedir que el accidente suceda...si solo,si solo..si solo.La negociación a menudo va acompañada de la culpa.Los "si solo"nos inducen a criticarnos y a cuestionar lo que "creemos" podríamos haber hecho diferente.Es posible que incluso pactemos con el dolor.Haremos cualquier cosa por no sentir el dolor de esta pérdida.Nos quedamos anclados en el pasado,intentando pactar la forma de librarnos del dolor.

La gente a menudo piensa que las etapas del duelo duran semanas o meses.Olvida que son reacciones a emociones/sentimientos que pueden durar minutos u horas mientras fluctuamos de una a otra.No entramos ni salimos de cada etapa particular de una forma lineal.Podemos atravesar una,luego otra y regresar luego a la primera.
DEPRESION:
Tras la negociación,nuestra atención se dirige al presente.Aparece la sensación de vacío y el duelo entra a nuestra vida a un nivel mas profundo,mucho más de lo que hubieramos imaginado.Nos parece que esta etapa depresiva va a durar para siempre.Es importante entender que esta depresión no es un síntoma de enfermedad mental,sino la respuesta adecuada a una gran pérdida.Nos apeamos del tren de la vida,permanecemos entre una niebla de intensa tristeza y nos preguntamos si tiene sentido seguir adelante solos.Por qué tengo que seguir adelante?Por qué continuar viviendo? 

El mundo puede dividirse hoy entre quienes son responsables de la crisis de la deuda y los que han sido víctimas de ella. Éste último grupo afronta muchos de los mismos retos que quien llora la muerte de un ser querido, con la diferencia de que los otros afligidos están tristes por la pérdida de sus ahorros y la destrucción de la vida económica y social que ellos y sus padres disfrutaron.
La crisis financiera de 2008 representó la muerte del modelo occidental de democracia económica liberal que había dominado a nivel mundial durante los últimos 30 años. Este modelo dependía de una política de laxitud monetaria y fiscal y de montañas de deuda para crear una ilusión de prosperidad.
Mientras las democracias occidentales siguen haciendo como si este régimen pudiera continuar como antes de la crisis, la realidad es que tendrán que producirse cambios radicales para evitar el hundimiento del régimen. Además, esos cambios van a ser extremadamente perjudiciales para aquellos que han dependido de la generosidad del Estado para mantener sus niveles de vida a lo largo de las últimas décadas.
Los que pasan por un duelo aprenden que hay cinco estadios en ese proceso: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. En lo que se refiere al modelo económico occidental, el periodo de la negación ha terminado.
En estos momentos, la fase de cólera se está extendiendo por muchos países. La siguiente fase, la etapa de negociación, está a punto de instalarse en muchas sociedades, incluida la de Estados Unidos y los principales países europeos. Si la negociación culmina con éxito, estos países experimentarán un periodo de fuerte depresión psicológica (y quizás económica) mientras sobre ellos caerán tiempos difíciles.
Por último, si existe la posibilidad de que surja un liderazgo competente, podrá llegarse a una aceptación y estos países podrán empezar a recuperarse a sí mismos, de la misma manera que los afligidos por la muerte de sus seres queridos se recuperan una vez que la aceptan. Es poco probable que las dos últimas fases, la de depresión y la de aceptación, se produzcan, sin embargo, en el corto plazo. Los políticos aplazarán las decisiones difíciles durante todo el tiempo que sea posible, cosa que no hará sino aumentar el coste final de la solución de la crisis de la deuda.
Los mercados nos están diciendo que no consideran serios los intentos de hacer frente a la creciente crisis de la deuda. El oro ha roto ya la barrera de los 1.500 dólares por onza (1.507 dólares al cambio de ayer) en su probable carrera hacia precios mucho más altos, a modo de referéndum sobre el patrón dólar.
El hecho de que el dólar fuera incapaz de representar su papel como refugio seguro durante la crisis de Japón fue una prueba más de que la divisa de reserva del mundo ha estado en peligro de forma permanente. Más aún, la debilidad del dólar frente al euro en un periodo en el que tres de los estados más pequeños de la Unión Europea están incumpliendo sus compromisos de pago también debería preocupar a los partidarios de la moneda estadounidense.
El euro se ha revalorizado probablemente porque es lo suficientemente grande como para administrar la gran afluencia de inversores mundiales que buscan la diversificación en detrimento del dólar; lo que no es probable es que esté atrayendo grandes flujos en razón de su fortaleza de base, ya que no tiene ninguna.
El euro es una moneda en grave peligro que adolece de profundos defectos de diseño que se multiplican de manera cada vez más visible en cuanto se produce un impago de deuda soberana. Ahora que Portugal ha caído, todos los ojos se van a volver hacia España y lo único que puede hacer Europa es rezar porque los dirigentes políticos españoles hagan lo que sea necesario para evitar un impago de deuda al que posiblemente la Unión Europea no sería capaz de sobrevivir sin daños permanentes.
Un fracaso de España afectaría al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera de Urgencia, puesto que España es uno de los principales contribuyentes. Un impago de España supondría un palo a Europa por partida doble, pues abriría un enorme boquete en este fondo al mismo tiempo que originaría otra apelación de considerable volumen al propio mecanismo.
Milagrosamente (o tal vez no tan milagrosamente) la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE) están actuando como si las circunstancias económicas no discurrieran por caminos fuera de lo común.
El Banco Central Europeo (BCE) con el ojo obsesivamente puesto en su mandato estatutario de lucha contra la inflación -que va a seguir siendo inexistente en el futuro previsible-, elevó los tipos en unos irrelevantes 25 puntos básicos. Algunos observadores insisten en sostener que se trata de una gran cosa, pero los tipos siguen situados a unos niveles tan bajos que no están teniendo prácticamente ningún impacto negativo sobre la actividad económica.
Son otros, sin embargo, los factores que están haciendo el trabajo que podrían realizar unos tipos más altos de interés. Los precios más elevados del petróleo, en particular, están empezando a tener un impacto en la actividad económica en Estados Unidos y Europa. Si bien es posible que los europeos estén acostumbrados a precios altos de la gasolina, los norteamericanos han disfrutado de precios bajos durante años y años, y la subida de la gasolina a cuatro dólares por galón [el equivalente a 0,729 euros/litro al cambio de hoy] está empezando a espabilarlos y a modificar sus hábitos de conducción. Éste es otro viento en contra en una economía corroída por las deudas.
En Estados Unidos hay un debate acerca de si la Reserva Federal va a poner fin de una vez en poco más de dos meses a su campaña, totalmente innecesaria y desacertada, de QE2 [segunda fase de expansión cuantitativa]. Este incremento artificial de liquidez que ha reanimado los mercados financieros está llegando a su fin y, con ello, el auge de los mercados financieros, que ha sido firme y constante desde marzo de 2009.
El Gobierno de Estados Unidos va a tener que recortar billones de dólares de sus compromisos futuros de gasto o bien ver que su moneda se sigue devaluando y que se continúa erosionando su capacidad para influir en los acontecimientos mundiales. Cuando comienza la fase de negociación, los que han sido víctimas de los negociadores tienen que esforzarse por contener su ira y empezar a prepararse para la depresión.

La negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto.
Se rechazan aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables. El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo negándose a reconocer algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o de las experiencias subjetivas que son manifiestos para los demás. El término negación psicótica se emplea cuando hay una total afectación de la capacidad para captar la realidad. Ejemplo: Fumar provoca cáncer, pero la persona lo niega e incluso estima que es favorable para su salud porque le resulta placentero.

¿Cómo  AYUDAR  A  UNA  PERSONA  CON  ESTE  PROBLEMA: ¿??’

Procedimiento en virtud del cual el sujeto, a pesar de formular uno de sus deseos, pensamientos
o sentimientos hasta entonces reprimidos, sigue defendiéndose negando que le pertenezca.
Esta palabra requiere ante todo algunas observaciones de orden terminológico.
1) En la conciencia lingüística común, no siempre existen en todos los idiomas claras distinciones
entre los términos que significan la acción de negar, y menos aún existen correspondencias
bi-unívocas entre los distintos términos de una lengua a otra.
En alemán, Verneinung designa la negation en el sentido lógico o gramatical del término (no
existe un verbo neinen o beneinen), pero también la denegation en sentido psicológico (rechazo
de una afirmación que yo he enunciado o que se me atribuye; por ejemplo: no, yo no he dicho
esto; yo no he pensado esto). Verleugnen (o leugnen) tiene un sentido que se aproxima al de
verneinen en esta última acepción: renegar, desdecir, desmentir.
En francés, puede distinguirse, por una parte, la negación (négation) en sentido gramatical o
lógico, y por otra parte la denegación (dénégation, déni), que implica oposición o repulsa.
2) En el empleo que hace Freud: al parecer podemos distinguir dos usos diferentes de verneinen
y verleugnen. En efecto, la palabra verleugnen tiende a reservarla Freud, hacia el fin de su obra,
para designar el rechazo de la percepción de un hecho que se impone en el mundo exterior; en
inglés, los editores de la Standard Edition, que han reconocido el sentido específico que
adquiere en Freud la palabra Verleugnung, han decidido traducirla por disavowal. Nosotros
proponemos en francés traducirla por «déni» (renegación)
En cuanto al empleo que hace Freud de la palabra Verneinung, resulta inevitable para el lector
francés la ambigüedad negation-denegation. Posiblemente esta misma ambigüedad sea uno de
los ejes de la riqueza del artículo que Freud dedicó a la Verneinung. Al traductor, le resulta
imposible en cada pasaje elegir entre «negation» o «denegation»; como solución nosotros
proponemos transcribir la Verneinung por «(dé)négation». En castellano utilizaremos negación. 
Observemos que también se encuentra algunas veces en las obras de Freud la palabra alemana
de origen latino Negation.
Estas distinciones terminológicas y conceptuales que proponemos no siempre se han efectuado
hasta ahora en la literatura psicoanalítica y en las traducciones. Así, el traductor francés de El
Yo y los mecanismos de defensa (Das Ich und die Abwehrmechanismen, 1936) de Anna Freud
transcribe por «negación» (négation) el término Verleugnung, que esta autora utiliza en un
sentido similar al que le dio S. Freud.
Freud puso en evidencia el procedimiento de negación en la experiencia de la cura. Muy pronto
encontró en las histéricas que trataba una forma especial de resistencia: «[...] cuanto más se
profundiza, más difícilmente se aceptan los recuerdos que surgen, hasta el momento en que, en
las proximidades del núcleo, nos hallamos con que el paciente niega incluso su reactualización».
El Análisis de un caso de neurosis obsesiva proporciona un buen ejemplo de negación: el
paciente, siendo niño, había pensado que conseguiría el amor de una niña a condición de que le
ocurriera una desgracia: «[...] se le impuso la idea de que esta desgracia podría ser la muerte de
su padre. Rechazó inmediatamente tal idea con toda energía; todavía hoy se defiende contra la
posibilidad de haber experimentado semejante "deseo". Según él, había sido una simple
"asociación de ideas". -Yo le objeto: si no fue un deseo, ¿por qué se rebela contra él?
-Simplemente por el contenido de esta representación, de que mi padre pudiera morir». La
prosecución del análisis vino a demostrar que existía ciertamente un deseo hostil hacia su padre:
«[...] al primer "no" de rechazo se sumó pronto una confirmación, al principio indirecta».
La idea de que la toma de conciencia de lo reprimido se manifiesta a menudo, durante la cura,
por la negación, constituye el punto de partida del artículo que Freud consagra a ésta en 1925.
«No hay mejor prueba de que se ha logrado descubrir el inconsciente, que el hecho de ver cómo
el analizado reacciona con estas palabras: "Yo no he pensado esto" o bien "jamás he pensado
en esto"».
La negación posee el mismo valor de confirmación cuando se opone a la interpretación del
analista. De ahí nace una objeción de principio que no escapó a Freud, que se pregunta -en Las
construcciones en análisis (Konstruktionen in der Analyse, 1937)-: ¿tal hipótesis no ofrece el
peligro de asegurar siempre el triunfo del analista? «[...] cuando el analizado asiente, tiene razón,
pero cuando nos contradice, esto es un signo de su resistencia y también nos da la razón».
El propio Freud dio una respuesta matizada a tales críticas, incitando al analista a buscar la
confirmación en el contexto y en la evolución de la cura. A pesar de todo, la negación sigue
poseyendo para Freud el valor de un indicador que señala el momento en que empiezan a
resurgir una idea o un deseo inconscientes, y esto tanto en la cura como fuera de ella. 
En La negación (Die Verneinung, 1925), Freud dio de este fenómeno una explicación
metapsicológica muy precisa, que desarrolla tres afirmaciones estrechamente solidarias entre sí:
1) «la negación constituye un medio de adquirir conocimiento de lo reprimido [...];
2) »[...] lo que se elimina es sólo una de las consecuencias del proceso de represión, a saber, el
hecho de que el contenido representativo no llegue a la conciencia. Como resultado, tiene lugar
una especie de aceptación intelectual de lo reprimido, mientras que persiste lo fundamental de la
represión;
3) »mediante el símbolo de la negación, el pensamiento se libera de las limitaciones de la
represión [...]».
Esta última proposición muestra que, para Freud, la negación en sentido psicoanalítico y la
negación en sentido lógico y lingüístico (el «símbolo de la negación») tienen el mismo origen, lo
cual constituye la tesis principal de su trabajo.



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