miércoles, 14 de agosto de 2013

Los últimos días de Pompeya

Los últimos días de Pompeya es una novela escrita por Edward Bulwer Lyttonen 1834. Se trata una novela histórica del romanticismo que narra los últimos días de la vida de unos cuantos habitantes de Pompeya, inmediatamente antes de la destrucción de la ciudad que provocó la erupción del Vesubio en el año 79.

Los personajes muestran la cultura de la Roma Antigua del siglo I. El protagonista, Glauco, representa la cultura griega, que ha sido subordinada porRoma, y Arbaces, su oponente, la antiquísima e inmóvil cultura Egipcia. Dione, mujer que se disputan Glauco y Arbaces, y Olinto es el principal representante de la religión cristiana naciente, que se presenta bajo una mirada favorable pero no exenta de crítica. La maga del Vesubio, aunque no posee poderes sobrenaturales, nos muestra el interés de Bulwer-Lytton en elocultismo, tema en el que se centraría parte de su obra y, en particular, su última novela La raza que viene.


Arturo Ambrosio, fotógrafo, funda en Turín uno de los primeros estudios de cine de Italia, y uno de sus técnicos, Luigi Maggi, pronto destacó como actor y realizador. En 1908 la productura inicia un ambicioso proyecto con el rodaje de la película más espectacular de su tiempo: Gli ultimi giorni di Pompei, donde no se van a escatimar recursos.
El productor confía al guionista Arrigo Frusta la adaptación a un guioncinematográfico la novela de Bulwer Lytton, que ya fue llevada a la pantalla en un film de 1902 por Robert William Paul, uno de los pioneros del cine británico.
Todo en esta película resulta colosal, desde la longitud del guion (para 1908, un film de cuatro rollos y 366 metros era de muy largo metraje) hasta los espectaculares decorados diseñados por Ettore Ridoni.
Destaca sobre todo la enérgica dirección de Luigi Maggi que dio a determinadas escenas un intenso dramatismo. Son inolvidables las escenas de trucaje y efectos especiales de la erupción del Vesubio o la de la fuga de los espectadores del circo golpeados por fragmentos de lava incandescente. El realizador introdujo unos brillantes virajes de color utilizando distintas imprimaciones del celuloide. Si bien todavía el cine acusa una concepción muy teatral, con decorados en los que son habituales los telones pintados, la concepción fílmica, los efectos de trucaje, los ambiciosos decorados y maquetas y los movimientos de masas de actores, la hicieron cosechar un extraordinario triunfo, dando origen a un género, el peplum ocolossal italiano, cuyo máximo fruto sería la Cabiria de Giovanni Pastrone.

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